13-14-15 de noviembre de 2025
Mujer de 46 años que acudió por lesiones cutáneas recurrentes en la cara interna de la pierna derecha.
Enfoque individual
Mujer de 46 años. Entre sus antecedentes constaban acné tratado con isotretinoína e insuficiencia venosa crónica grado C3 intervenida mediante flebectomía.
Refería lesiones pruriginosas, de varios años de evolución, siempre en la misma localización y sin respuesta a corticoides tópicos ni antihistamínicos. Era llamativo su caracter cíclico: aparecían 5–7 días antes de la menstruación y remitían al iniciarse el sangrado, manteniéndose la paciente asintomática entre ciclos. Únicamente tomaba ibuprofeno en ocasiones por dismenorrea.
La situación generaba una notable repercusión personal, social y emocional, ya que permaneció más de cinco años sin diagnóstico claro. En la exploración se observaron placas eritematovioláceas en la pierna derecha. La biopsia cutánea mostró infiltrado inflamatorio perivascular inespecífico.
Enfoque familiar y comunitario
Mujer casada, nulípara, 0 en edad cercana a la menopausia.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
El patrón cíclico de las lesiones, su relación temporal con la fase lútea y la mejoría con inhibidores de la ovulación orientaron hacia una dermatitis autoinmune por progesterona (DAP).
El diagnóstico diferencial debía plantearse frente a reacciones medicamentosas, exacerbación premenstrual de dermatosis previas o hipersensibilidad a estrógenos.
La ausencia de continuidad asistencial, contribuyó a la demora diagnóstica, al no integrar una visión longitudinal de la paciente.
Tratamiento y planes de actuación
Se propuso la supresión ovárica con anticonceptivos orales combinados como primera línea, teniendo en cuenta la ausencia de deseo gestacional. La información y la educación sanitaria fueron esenciales para favorecer el afrontamiento y la participación activa de la paciente en las decisiones terapéuticas.
Evolución
Tras instaurar el tratamiento, la paciente presentó remisión completa de las lesiones. Relató haber consultado en múltiples ocasiones en el pasado, recibiendo únicamente tratamientos sintomáticos. El reconocimiento de su condición, además de mejorar el pronóstico clínico, supuso un cambio significativo en su bienestar emocional y en su calidad de vida.
La DAP es una entidad poco frecuente, pero debe sospecharse en mujeres en edad fértil con lesiones cutáneas recurrentes de carácter cíclico. Una anamnesis detallada y una atención longitudinal en Atención Primaria resultan claves para orientar el diagnóstico, evitar años de incertidumbre y minimizar el impacto biopsicosocial.