13-14-15 de noviembre de 2025
Atención Primaria.
«Doctor, tengo peor las lesiones de las piernas».
Enfoque individual
Paciente de 45 años, con sobrepeso y sin otros antecedentes de interés, que acude por empeoramiento de las lesiones que presenta en miembros inferiores. A la anamnesis refiere que las tiene desde hace 8 meses. Asocian prurito. Le recetaron clobetasol primero y luego una crema «para los hongos» sin mejoría. Las lesiones se iniciaron en los tobillos y se han ido extendiendo hasta región media tibial mientras ella se ha seguido aplicando el clobetasol restante. A la exploración física, lesiones máculo-papulosas de fondo eritematoso con alguna placa eritematoviolácea, mal definidas, con excoriaciones que impresionan de rascado. No presentan signos de descamación.
Se realiza e-consulta para valoración de biopsia de las lesiones y tratamiento sintomático hasta diagnóstico. Ante la sospecha de tiña incógnita, se le indicó suspender los corticoides durante 2 semanas. Se realizó biopsia de las lesiones, donde se visualizaron hifas en estrato córneo. No se pudo realizar cultivo para saber el agente causante.
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Juicio clínico: tiña incógnita
Diagnóstico diferencial: Dermatitis seborreica, atópica, eccema.
Tratamiento y planes de actuación
Se pautó terbinafina oral 250 mg al día durante 4 semanas.
Evolución
No se pudo comprobar presencialmente en consulta ya que no acudió a la revisión y se le contactó telefónicamente con mejoría de las lesiones casi en resolución.
La tiña incógnita es una infección dermatofítica con características atípicas, causada por el uso de esteroides tópicos o sistémicos u otros medicamentos inmunosupresores. Afecta personas de todas las edades y géneros, pero es más común en niños. Su aspecto clínico atípico la puede confundir con otras enfermedades como el eccema o dermatitis seborreica o atópica.
Para diagnosticarla hay que suspender al menos 2 semanas los corticoides y/o inmunosupresores y realizar un examen micológico y cultivo.
El tratamiento en la mayoría de los casos es con antifúngicos orales, siendo terbinafina una de las principales opciones. Además, es necesario tomar medidas preventivas y controlar la infección fúngica subyacente, recomendando a los pacientes el uso de ropa holgada de algodón, lavado de la ropa a alta temperatura y planchado antes de usarla. Además, se debe evitar compartir ropa de cama, toallas, ropa y zapatos. El riesgo de recurrencias es bastante alto.