13-14-15 de noviembre de 2025
Atención primaria
Varón de 55 años acude por hipo persistente
Enfoque individual
Antecedentes personales: hipertensión arterial controlada con enalapril.
Acude por hipo de 1 semana de evolución, que dura desde minutos hasta horas, sin relación aparente con la ingesta de alimentos ni bebidas. No dolor abdominal, náuseas, vómitos ni disfagia. No fiebre.
Exploración física:
TA 130/80 mmHg, FC 78 lpm, T 36.8°C, FR 16 rpm.
Auscultación cardíaca y pulmonar normal.
Abdomen blando, no doloroso, sin masas ni visceromegalias.
Neurológico: reflejos normales, sin focalización.
Exploraciones complementarias:
- Analítica con electrolitos, función renal y calcemia, normal
- Radiografía de tórax, que descartó procesos pulmonares y mediastínicos.
- Ante la normalidad de las pruebas se solicitó gastroscopia, que también descartó lesiones digestivas. No llegamos a solicitar pruebas de imagen cerebral dado que la exploración neurológia era normal.
Enfoque familiar y comunitario
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Causas gástricas: Reflujo gastroesofágico, distensión gástrica, úlcera péptica.
Causas metabólicas: Hipocalcemia, hiponatremia, uremia
Causas neurológicas: Lesiones del tronco encefálico, neuropatías del nervio frénico o vago.
Causas pulmonares: Neumonía, derrame pleural.
Medicamentos: Corticoides, benzodiazepinas, opioides, quimioterapia.
Otras: Tumores mediastinales o diafragmáticos, idiopático.
Tratamiento y planes de actuación
Se indicaron medidas generales como evitar comidas copiosas, bebidas carbonatadas y alcohol. En cuanto al tratamiento farmacológico se puede dar metoclopramida, indicado cuando el hipo está relacionado con reflujo, distensión gástrica, o dismotilidad y baclofeno, cuando se sospecha origen neurológico o idiopático. En nuestro caso, sospechamos era idiopático por ausencia de causas claras e iniciamos baclofeno 5mg/8horas, con resolución del cuadro a los 4 días.
Evolución
Reevaluamos al paciente a las dos semanas, sin reaparición del hipoEn atención primaria, el hipo persistente requiere una evaluación cuidadosa para identificar causas tratables y descartar patologías graves. La anamnesis detallada y la exploración física orientan la solicitud de pruebas básicas. El manejo inicial debe enfocarse en tratar posibles causas, alivio sintomático y realizar seguimiento para detectar complicaciones o la necesidad de derivación.