13-14-15 de noviembre de 2025
Mujer de 78 años que acude a la consulta de Atención Primaria por dolor lumbar mecánico de un mes de evolución, sin traumatismo previo. No presentaba signos de alarma, irradiación a extremidades inferiores ni clínica neurológica. Consultó previamente a urgencias hospitalarias orientando el cuadro como lumbalgia simple dado que la radiografía solo mostró discopatía L5-S1, aconsejando paracetamol pautado.
Enfoque individual
Antecedentes personales:
Exploración inicial:
Pruebas complementarias:
La paciente consultó de nuevo por incremento del dolor, se revisaron las radiografías previas evidenciando fractura vertebral L1 que pasó desapercibida en urgencias, escalando analgesia con tramadol cada 8 h y aconsejando reposo con corsé tipo Jewett.
Se solicitó:
Juicio clínico, diagnóstico diferencial, identificación de problemas
Lumbalgia simple.
Lumbalgia secundaria (inflamatorias, neoplásicas, infecciosas).
Evolución
Con el resultado de las pruebas se derivó a reumatología donde iniciaron ácido zoledrónico endovenoso. Repitieron la RMN por aparición de radiculopatía y empeoramiento del dolor, añadiendo antinflamatorios y pregabalina. La nueva RMN mostró fractura del cuerpo vertebral L1 con progresión del colapso, fragmentación del cuerpo vertebral, retropulsión del muro vertebral posterior con estenosis del canal y compresión del cono medular.
Se derivó a traumatología indicando intervención quirúrgica de corpectomía L1 con abordaje toracoabdominal anterior.
Cada reconsulta es una oportunidad para revalorar la evolución clínica y las pruebas de imagen. Garantizar la adherencia al tratamiento farmacológico y ortopédico son medidas que marcan la diferencia entre estabilizar una fractura o acabar en una intervención quirúrgica mayor. Este caso demuestra que, desde Atención Primaria, podemos ser el punto de inflexión entre una evolución controlada y una lesión medular irreversible.